lunes, 30 de noviembre de 2009

Polaridad


Muchas veces nos encontramos con sentimientos dispares, diferentes, completamente opuestos. “La amo pero la odio”, “Tiene algo que me atrae pero sé que no me conviene” o la común “No si yo quiero mucho a mi novi@ pero…”

Estos sentimientos son bastante comunes, todos hemos sentido algo parecido, cuando tenemos sentimientos tan opuestos podemos preguntarnos ¿Es una experiencia tan problemática como creemos?

La respuesta: en absoluto. Hemos de reconocer que somos capaces de sentir cosas opuestas. Este problema vemos que surge de la experiencia personal del sujeto sobre las emociones que siente. Esta experiencia le ha llevado a creer que experimentar emociones opuestas crea un estado de malestar, ya que en la mayoría de ocasiones esta polaridad emocional ha tenido consecuencias negativas o ha creado una incongruencia en el marco emocional.

La solución a esta disparidad emocional se encuentra en establecer una actitud dialéctica que nos permita entender e integrar estos aspectos opuestos, para ello hemos de asumir que cualquier experiencia que vivimos es válida. Esta polaridad es algo natural y hay que focalizarla en el aquí y el ahora, el individuo ha de experimentar esta polaridad ,comprenderla y hacerla suya.

Otro aspecto a tener en cuenta es la tendencia a minimizar la disfonía que produce una emoción por el simple hecho de ser el polo opuesto de la otra. Al sentir dos emociones opuestas tendemos a negar una de las dos, normalmente la que nos crea más malestar. Cuando negamos una de las dos emociones hemos de entender que lo que sentimos forma parte de nosotros, hemos de comprenderlas y no rechazarlas aunque entren en conflicto.

Nunca hemos de negar aspectos de nosotros mismos.

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